jueves, 2 de septiembre de 2010

Dia 8, Preikestolen

Este iba a ser uno de los días más intensos del viaje. El plan inicial era pasar la mañana por Stavanger y al mediodia ir y subir al Preikestolen.

Como era un día intenso el desayuno tenía que ser también intenso. Menudo desayuno nos tenía preparado la buena de Tone. Teníamos de todo, 2 tipos de queso, yogur, mermelada, pan de distinto tipos, crema de caviar, zumo, leche, café... divino. Tras un buen desayuno y después de despedirnos salimos tranquilamente pensando qué podíamos hacer esa mañana.



Decidimos ir a la oficina de turismo a informarnos de la forma de llegar al Preikestolen porque sabíamos que había excursiones concertadas pero como nosotros hacíamos noche allí no sabíamos si podríamos apuntarnos en alguna. Mónica y yo fuimos a la oficina de Turismo mientras Dani y Yaiza se quedaron en el parque buscando un cisne (no uno cualquiera, era uno muy concreto) porque Yaiza le había prometido el día anterior darle pan (dios, desperdiciar el pan con semillitas tan rico que había en el desayuno...). La chica de la oficina de turismo, que debía ser argentina, nos comentó las opciones y la verdad es que aunque podíamos apuntarnos a una excursión concertada y ahorrarnos unas 20 nok preferímos ir por libre para tener libertad de horarios.

Pero teníamos que aprovechar la mañana así que decidimos ir hasta el monumento de las 3 espadas. Nos dijeron que se podía ir andando pero que estaba un poco retirado. Como el tiempo era algo inestable decidimos no arriesgar y cogimos el autobus 29 en la parada 32 frente al parque al lado de la estación. El autobús fueron 25 nok cada uno (aquí no hay descuento por grupo como en Bergen). Como desde el autobús no se veía el monumento nos pasamos la parada y llegamos al final de la ruta, allí le preguntamos al conductor que amablemente nos dejó seguir en el autobus hasta la parada del monumento. Nos habíamos pasado por 4 paradas. Si alguno va, tiene que bajarse en la parada del cuartel del ejército que está a mano derecha dejando un lago a mano izquierda. Nos bajamos, preguntamos a un hombre que iba en bici que nos orientó. Aunque está muy cerca de la parada, menos de 3 minutos, no se ven por los árboles. Según os bajéis del autobús, cruzad a la acera del lago y con el cuartel a vuestra espalda id hacia la rotonda de la izquierda. Una vez en la rotonda, primera salida a la derecha, y ya las vereis.

Las espadas son impresionantes, es una zona espectacular. Nos hicimos bastantes fotos y hasta nos atrevimos a remojarnos las pantorrillas en el agua ya que hay una pequeña playita. Aprovechamos que parecía que el día mejoraba ya que durante el trayecto en bus había llovido a ratos. Estuvimos un ratillo más y decidimos que ya era hora de volver.



Tomamos otra vez el 29 y desde la parada de la estación fuimos caminando hasta el puerto que es donde se toman los ferrys a Tau. Era el primer ferry que pasábamos sin coche!!! Nos montamos y compramos los billetes en el interior. Cada billete son 48 nok aunque algún listo se puede ir sin comprarlo esquivando a los vendedores porque no lo piden a la salida. Llegamos a muelle de Tau y la verdad es que no había nada... Sólo había un autobús que llevaba al preikestolen camping en ese momento así que lo cogimos sin esperar al de la otra compañia (TIDE) que es un poco mejor porque como descubrimos en el trayecto, este hizo una escala en Jorpedal y nos tuvimos que cambiar de bus (es subirte en otro que esta esperandote enfrente). El bus fueron 65 nok. Llegamos (no tiene pérdida porque es la última parada), y tras recoger la llave en la recepción del edificio principal nos fuimos a nuestro cuarto (otra vez un cuarto con 4 camas (literas) sin baño ni ducha... El caso es que decidimos aprovechar y subir al preikestolen antes de que se pusiera a llover porque no estaba el cielo muy despejado...

Durante la subida, que nos llevó casi 2 horas tuvimos de todo... sol, nubes, lluvia leve, lluvia fuerte, otra vez sol,... El recorrido es más o menos fácil, está todo lleno de piedras por las que tienes que ir pasando con cuidado y algunos tramos son un poco más complicados porque están más empinados, pero yendo con tranquilidad no hay peligro.


Cuando por fin llegamos al Preikestolen el tiempo pareció darnos una tregua y salió el sol. Lo aprovechamos para sacarnos fotos. La caida desde el Preikestolen es de unos 600 metros, casi 2 veces la Torre Eiffel. La gente con vértigo no se arrima al borde o lo hace tumbado. En mi caso como no tengo me acerqué sin miedo y me hice una de las fotos más espectaculares del viaje sino la que más!!!




Durante la bajada volvió a llover y a salir el sol, que finalmente se mantuvo aunque ya estábamos calados.

Cuando llegamos, después de darnos una ducha y cambiarnos de ropa Dani y yo decidimos ir en busca de comida pues sólo nos quedaban un par de yogures y cereales. Cuando llegamos al refugio vimos que el restaurante en el que ibamos a cenar era "de lujo", así que fuimos a la tienda de souvenirs del campamento a ver si tenían algo de comida. Compramos una bolsa de patatas, bebidas y otros 2 yogures y con esas provisiones regresamos a la habitación. Las chicas nos miraron con cara de "nos estáis tomando el pelo" cuando las enseñamos lo que íbamos a cenar, pero no las quedó otra que asumir la cruda realidad... Nos bajamos a la sala común, que tiene unas vistas muy bonitas del lago, y cenamos relajadamente mientras jugábamos a las cartas.

Cuando volvimos, comprobamos que la ropa seguía mojada así que decidi probar a secar mis calcetines en el radiador del pasillo... fue un éxito, era un radiador de aire caliente y secaba bastante!!! Las chicas tomaron ejemplo y salieron con bastante ropa que íbamos secando por turnos para sorpresa de todos los que pasaban hacia sus habitaciones que se asombraban al vernos sentados en el pasillo con camisetas, calcetines, botas,... al lado del radiador.

Ya una vez en la cama la verdad es que dormimos de un tirón después de la palicilla del día, salvo Yaiza que es más inquieta y le costó un poco dormirse!

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