martes, 31 de agosto de 2010

Dia 7, Bergen - Stavanger

Amaneció otro día espléndido en Bergen (hay que decir que salvo las 4 gotas que cayeron por la mañana nos hizo un dia excelente en Bergen).

Nos levantamos y tras una visita al baño para lavarnos nos dirigimos al comedor a desayunar. El desayuno era abundante y estaba rico. Había unas cremas de pescado que no habíamos probado, además de embutido, pan de distintos tipos, mermeladas,... Fuimos testigos de otra muestra del caracter de Tromso, que debía ser el director del albergue... Delante de mi amigo y mio había un chavalín que debió meter un sandwich en la máquina que tostaba el pan... acto seguido le vemos empezar a soplar dentro de la máquina, se había prendido fuego el sandwich y el chico soplaba a ver si lo apagaba. Lo consiguió pero aquello empezó a oler a quemado y mi amigo y yo, huimos como ratas antes de que se desatara la tormenta que sabíamos que se oteaba en el horizonte... Acababamos de llegar a nuestra mesa cuando Tromso se plantó en medio del salón y con su voz potente dejó claro que la máquina es para tostar pan, no para hacer sandwich ("this is for toast bread, not for sandwich, thank you").

En fin, acabamos de desayunar mientras pensábamos qué hacer en Bergen hasta las 13 que salia el bus que nos llevaba a Stavanger. Decidimos ir al museo de la lepra (si, ya sé que no parece un planazo), tras pasar por la estación de autobuses a ver si podíamos dejar las mochilas (que cada vez pesaban más) en una consigna. Al dejar los platos y vasos del desayuno vimos que había una bandeja con un cubo debajo que supusimos que era para dejar los vasos boca abajo... nos llevamos una mirada de odio de Tromso que no tardó en salir a darles la vuelta... Salimos del albergue y cogimos el autobus que nos dejó muy cerca de la estación. Entramos buscando la parada de nuestro autobús (para que no nos pasara lo de Trondheim) y como no la encontrábamos tuvimos que preguntar en información. Dejamos las mochilas por el módico precio (estoy siendo irónico) de 50 nok (había de varios tamaños y precios) por pareja.

Antes de salir de la estación fuimos al baño que descubrimos que era de pago... 25 nok!!! Dani y yo entramos gratis aprovechando que salia alguien y Mónica también entró gratis pero luego no se aclaraba con el cerrojo de la puerta para salir (hay que moverlo en el sentido contrario de lo que cualquiera lo haría) y como ni ella ni la que estaba con ella dentro podía abrir, Yaiza fue corriendo a meter dinero por más que Dani y yo le dijimos "Dónde vas??? que no estará girando bien el cerrojo!!!" Tarde, al final metió el dinero y abrió la puerta. Nos reimos bastante después de eso...

Estuvimos en museo de la lepra (50 nok), que nos costó encontrar porque Yaiza le preguntó cómo llegar a un vendedor de un puesto de la calle y nos mandó en dirección contraria... menos mal que teníamos mapa! El museo es pequeño y se puede ver el antiguo hospital/leprosería. Tienen algunos objetos de la época, te cuentan la historia de la leprosería, los avances que hubo,... en fin, algo para pasar el rato pero nada espectacular. Eso sí, tienen la información en español.





Volvimos de camino a la estación dando un alegre paseo, recogimos las mochilas y nos dirigimos al bus. Los asientos no están asignados así que nos sentamos al final. Al principio Yaiza iba sola y el resto en la última fila. Después se bajó su compañero de viaje y fuimos 2 y 2. El bus estaba bien, tenía baño (gratis), aire acondicionado y persianillas por si nos molestaba el sol. El trayecto era muy largo así que el autobús tenía que ser cómodo! El viaje fue muy bonito, tuvimos que montarnos en 2 ferrys con lo que tuvimos tiempo para estirar las piernas, comer un perrito,... Esos ferrys si que eran enormes. Los ferrys también tienen baños gratuitos. Nos dio tiempo a disfrutar de unos paisajes muy bonitos desde la proa del barco aunque hacía frio y llovía a ratos. También atravesamos algunos puentes muy bonitos e incluso unos cuantos túneles que descendían a bastante profundidad, ibamos por debajo del mar!!!


Cuando por fin llegamos estaba lloviendo bastante en Stavanger. Gracias a los benditos mapas llegamos sin dar demasiadas vueltas a la casa que iba a ser nuestro alojamiento, el Tone B&B. Cuando llegamos tocamos a la puerta un par de veces hasta que nos abrieron. La mujer (Tone) era muy simpática y rapidamente nos explicó las normas de la casa, nos preguntó a qué hora nos daba el desayuno el día siguiente, y nos enseño las habitaciones. En este caso eran dos habitaciones bastante grandes, muy limpias y con unas camas bastante cómodas. El baño también estaba muy bien y esa noche nos permitimos el lujo de una ducha calentita y relajante!!!

Salimos de la casa para dar un paseo por el pueblo. Antes, Tone nos había preguntado qué tal tiempo hacía en Bergen y cuando la dijimos que muy bueno nos contó que allí se había puesto a llover por la tarde, que la mañana había sido muy buena! En fin, cosas que pasan. Nos dimos un paseo por la zona del puerto que es la que nos recomendó nuestra anfitriona. Vimos barcos, casitas típicas, el parque junto a la catedral, un torreón que domina las vistas y debía ser una antigua fortaleza. Pero como no paraba de llover, a ratos fuerte, a ratos muy poquito, decidimos cenar pronto e ir a la casa a ducharnos y dormir que ya llevabamos un buena palicilla de viaje!



Fuimos al Egon!!! Este lo acababan de abrir (todavía lo ponen como novedad en la web de egon: www.egon.no). La verdad es que no nos cansamos (bueno, Dani un poco...). Nos atendieron de maravilla. La cena del día consistió en lo siguiente:2 ensaladas de ravioli y de pollo con parmesano y aderezo de ajo, un halibut (pescado) frito en mantequilla al estragón con verduras frescas y salsa bearnesa, y una ensalada de taco con carne de taco, chips de tortilla, queso, salsa picante y romme. Todo excelente como siempre!!! Además, como habíamos cenado ensaladas y pescado decidimos picar algún postre! Unas tartas de queso al cacao con salsa de fresa!!!

A la salida no llovia así que aprovechamos y llegamos a la casa por un atajo que habíamos descubierto. Tuvimos suerte porque según llegamos empezó a diluviar!!! Nos duchamos, nos acostamos y empezamos a pensar en el día siguiente, el día que subiríamos al Preikestolen!!!

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